A mitad de año la abogada Camila Beltrán ingresó una demanda laboral en contra de su empleador, Carey -el mayor estudio jurídico del país en número de profesionales-, en la que los acusó de vulnerar sus derechos fundamentales debido a discriminación por género y maternidad. Esto generó una intensa batalla legal que se extendió por meses y en la que su empleador respondió en duros términos: en un escrito de 73 páginas, por ejemplo, la acusaron de buscar una “jubilación anticipada” y de aspirar a una indemnización cuyo monto equivalía a “83 años de servicios”.

Pero más allá del caso judicial, esta semana Beltrán volvió a la oficina de abogados, tal como estaba contemplado. En ese contexto, con ocasión de una audiencia preparatoria ante el Segundo Juzgado del Trabajo, la jurista llegó a acuerdo con Carey. Consultado el estudio jurídico, respondieron a DF MAS que “su contrato terminó por la causal de necesidades de la empresa con efecto inmediato y los juicios han terminado en función del acuerdo”.